viernes, 10 de marzo de 2017

ADUI QUATTRO


AUDI QUATTRO:

El Audi Sport Quattro S1 se introdujo a finales de 1984 como una evolución del Audi Quattro. Montaba el mismo motor de cinco cilindros en línea con 2.110 centímetros cúbicos que, en un primer momento entregaba, según cifras oficiales 450 CV (331 kW). Sin embargo, el turbo de estas unidades utilizaba un sistema de recirculación de aire, con el objetivo de mantener girando la turbina a alta velocidad, con lo que se conseguían más de 500 CV (373 kW). Con el apartado mecánico resuelto era necesario mantener el coche lo más pegado al suelo que fuera posible, por los que se instaló un completo kit de carrocería con un enorme alerón trasero; que aumentaban la carga aerodinámica. Con todo, el peso en vacío era de tan sólo 1.090 kg, lo que le permitía acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 3,1 segundos.


Definido por muchos como el monstruo, el Audi Sport Quattro S1 E2 es la máxima expresión del grado de exigencia y brutalidad que llegó a suponer para los profesionales del volante el Grupo B. El motor tenía tanta potencia y par de torsión, que era casi imposible mantenerlo en línea recta, ya que su bastidor no estaba lo suficientemente preparado. Inicialmente el propulsor producía 450 CV (331 kW) aunque se llegaron a superar los 600 CV (441 kW).


El Audi Audi Quattro S1E2 marcó la trayectoria profesional del alemán Walter Röhrl que afirmó que "Es mi coche de rallies favorito por tres motivos: por la potencia del motor, por el ruido infernal que hacía y porque fue el último coche en el que el piloto debía pelear con él para conseguir llevarlo rápido. Pasar de 180 a más de 200km/h es tan simple como pasar de 40 a 50 en un coche de calle, son fracciones de segundo. Tan solo es necesario mover 2mm el acelerador y sientes como una pequeña explosión, la brutal aceleración de este automóvil te deja literalmente aplastado contra el asiento".

Por su parte, Hannu Mikkola lo definió así: "Imagínate que estás esperando pacientemente a que un semáforo en rojo se ponga en verde. Al ponerse en amarillo subes hasta las 8.500 revoluciones por minuto y al pasar a verde sueltas el embrague; entonces sales tan brutalmente disparado hacia adelante que piensas que un vehículo de cinco toneladas acaba de embestirte por detrás. ¡Es increíble!"

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